¿Todos quieren llamarse “socialistas”? Facciones del Frente Amplio entran en pugna con el PS.
"Convergencia Socialista" y "Partido Socialista Libertario" son dos
de los nombres que fueron planteados por militantes de Izquierda
Libertaria y Nueva Democracia -respectivamente- para su fusión con los
movimientos Autonomista y Sol. En el PS aseguran que la ley impide
"similitud gráfica o fonética" con colectividades existentes.
“Convergencia Socialista” y “Partido Socialista Libertario”. Éstas son dos de las cuatro propuestas -junto a Convergentes y Partido Victoria– que se barajan para darle nombre al nuevo partido político que pronto pasará a conformar el Frente Amplio (FA), a partir de la fusión de los movimientos Nueva Democracia, Izquierda Libertaria, Sol y Movimiento Autonomista, que hoy integran la coalición.
Se trata de nombres que fueron planteados por militantes de base de Izquierda Libertaria y Nueva Democracia
-respectivamente- y que lograron imponerse en la primera vuelta que el
conglomerado opositor celebró la semana pasada, en medio de un proceso
que han estado desarrollando desde fines del año pasado.
Los cuatro nombres competirán en una segunda vuelta que está programada para la próxima semana.
Así, aunque aún no está definido cómo se llamará el nuevo partido -falta que se realice la votación final, en la que se espera participen 2.554 personas-, en caso de triunfar alguna de las dos primeras opciones, en teoría, el diputado Gabriel Boric y el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, -ambas figuras del Movimiento Autonomista- estarían encaminados a militar en un partido “socialista”, al menos según parte de su título.
Las propuestas para bautizar la futura colectividad que barajan los citados movimientos del FA encendieron alarmas en el Partido Socialista que lidera el senador Álvaro Elizalde y que fue fundado en abril de 1933. Aunque en la colectividad esperan no hacer una polémica con el tema, internamente la directiva consultó esta semana con abogados, para chequear los términos legales que imposibilitarían que el PS -uno de los partidos más antiguos del país- comparta nomenclatura con otra tienda política.
La respuesta de los juristas dejó tranquilos a los máximos dirigentes socialistas.
¿Por qué? Por el amparo que les otorgaría el artículo 8 de la Ley Orgánica Constitucional de Partidos Políticos,
cuyo inciso primero es “claro” -según explican en la tienda- en
garantizar la exclusividad del PS sobre el término “socialista”. “El
nombre completo, la sigla, el símbolo y el lema de un partido no podrán
presentar igualdad ni manifiesta similitud gráfica o fonética con los
de partidos ya inscritos o en proceso de formación, ni llevar el nombre o
hacer referencia a personas vivas o fallecida”, se lee en el citado apartado.
Con esta información en mano, en el PS desdramatizaron la situación:
“En nuestra opinión no hay un un problema real, pues el artículo octavo
de la Ley Orgánica Constitucional de Partidos Políticos es bastante
claro y explicito en esta materia”, explicó a La Tercera PM el secretario general del partido, Andrés Santander.
La postura es compartida por otros en la colectividad. Un exministro y
alto dirigente de la colectividad -que no quiso abordar públicamente el
tema-, menciona que el “único Partido Socialista es el de (Salvador) Allende”, cerrando la puerta a la opción de que el nombre pueda ser utilizado por alguien más.
Nueva Democracia: Fue “el más propuesto por nuestra gente y por eso lo dejamos”
Desde Nueva Democracia -donde surgió la propuesta de nominar Partido Socialista Libertario a la futura colectividad-
explican que consideraron las implicancias legales que esto podría
traer, pero que esperan que si el nombre se impone en la votación final
se pueda justificar, en caso de ser impugnado.
“Pensamos sacarlo como opción del plebiscito, pero finalmente
había sido el más propuesto por nuestra gente y por eso lo dejamos”, relató a este medio Marjorie Cuello, secretaria general del partido.
La dirigenta explicó que los militantes de Nueva Democracia que presentaron la propuesta buscan alejar el concepto socialista de “las concepciones socialdemócratas”. “Creemos que hoy las orgánicas o partidos de corte socialista no necesariamente representan a la izquierda que queremos conformar.
Es decir, una izquierda de cara a las necesidades sociales, en
vinculación o presente en y con movimientos sociales, que dispute la
institucionalidad sin transformarse en una agencia de empleos estatales y
que, sobre todo, pueda abogar por el trabajo en los territorios”,
señaló.
En Izquierda Libertaria, movimiento que presentó el “Convergencia Socialista”, explican que la idea surgió de “manera
espontánea” y no tiene relación con el proceso que llevó adelante el
dirigente del PS Carlos Altamirano, en 1979, en el que intentó a agrupar
a un sector del PS con la Izquierda Cristiana y el MAPU Obrero
Campesino, y que se denominó de esa manera.
“Hay un proyecto socialista genuino entre nosotros. Se está pensando en un socialismo transformador que aprenda de los errores del pasado”, afirma un dirigente de la colectividad.
Se espera que el nuevo nombre del partido quede definido la última
semana de abril para ser presentado a la ciudadanía. Debe pasar, además,
el filtro del Servel.
La disputa histórica por llamarse “socialistas”
Más allá del detalle legal, la disputa por ser “socialista” no es nada nuevo en Chile. “La palabra socialista ha estado permanente presente en la historia de la izquierda chilena”, explica a La Tercera PM el historiador Cristián Pérez, académico de la escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.
“El primer partido importante fue el Partido Obrero Socialista, en la década del siglo XX, el primer gran partido de la izquierda chilena, que después se convirtió en Partido Comunista en 1922“, relata el experto, refiriéndose a la colectividad fundada en 1912 por Luis Emilio Recabarren a partir de una escisión con el Partido Democrático, que en ese momento representaba a los sectores de izquierda.
En las primeras décadas del siglo pasado, de hecho, el concepto
estuvo en boga, tal como quedó claro en la propia fundación del PS. En 1933, distintas corrientes con denominación “socialista” concurrieron a su formación,
como el Partido Socialista Marxista, la Nueva Acción Pública, la Orden
Socialista, la Acción Revolucionaria Socialista “y otros grupos pequeños
y de provincia que también de algún modo se declaraban socialistas”, agrega Pérez.
Luego empezarían las pugnas por el concepto de ser “socialista”. Según relata el historiador, en 1943 el dirigente Marmaduke Grove -exgeneral de aviación y uno de los protagonistas de la denominada “República Socialista” chilena que duró 12 días en 1932- se separó del PS para fundar otro partido que llevara también ese nombre.
Luego, a fines de los años 40′, la disputa que provocó la “Ley Maldita” dentro del partido nuevamente ocasionó su división. Uno de sus líderes, Bernardo Ibáñez, quien era profundamente “anticomunista”, fue expulsado junto a otros militantes, que crearon el Partido Socialista Popular.
Sin embargo, lo que más llama la atención del historiador es que un sector del Frente Amplio haya propuesto llamar a uno de sus nuevos partidos como “Convergencia Socialista”, considerando la similitud de este nombre con el proceso que lideró Altamirano en pleno régimen de Augusto Pinochet, creando una nueva facción junto a la Izquierda Cristiana y el Mapu Obrero Campesino.
“Esta convergencia fue bien importante en la renovación el pensamiento socialista, en adoptar la línea socialdemócrata, lo que termina en la política de los acuerdos que los muchachos del Frente Amplio desestiman”, dice, y agrega que “esto demuestra que no hay conocimiento cabal de la historia de la izquierda chilena”.
En ese período, relata el historiador, Altamirano envió a Chile a dos
emisarios para “reconstruir” el partido. Uno de ellos fue el exsenador Ricardo Núñez, y el otro Juan Carlos Moraga, quien usaba la chapa de “Velasco”. “Este último personaje era muy controvertido. Recibió acusaciones de haber trabajado para la Inteligencia Naval, Militar y de haber sido un elemento servil a las políticas de la dictadura.
Él, con algunas personas, fundan el Partido Socialista Chileno en 1983 y
lo intentan escribir legalmente”, relata sobre otra de las disputas.
Las polémicas no terminaron ahí. Hace no tan poco tiempo, en 2009, el senador Alejandro Navarro quiso inscribir a su expartido como “Movimiento Al Socialismo” -tal como la colectividad del presidente boliviano Evo Morales-, pero finalmente debió cambiar el nombre a “Movimiento Amplio Social”, justamente a partir de las disposiciones de la Ley Orgánica de Partidos Políticos vigente.
Un precedente que también valoran como positivo en la casona de calle Paris, histórica sede del PS.
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