jueves, 21 de febrero de 2019

Las confesiones de Fuente-Alba que sellaron su procesamiento



La ministra Romy Rutherford señaló en el encausamiento que el excomandante en jefe del Ejército “admite” haber usado gastos reservados para fines personales, como viajes y fiestas.


A estas alturas ya es conocido el alto costo de vida que mantenía el excomandante en jefe del Ejército, general (R) Juan Miguel Fuente-Alba. Informes de la PDI así lo han constatado. Sin embargo, poco se sabe sobre cómo financiaba sus gustos, los que iban desde autos y regalos lujosos hasta lo más corriente del diario vivir, incluido el riego del jardín de su casa.
Luces de cómo el máximo exjefe del Ejército entre 2010 y 2014 costeaba su vida y la de su familia es parte de lo que se entrega en el procesamiento de la ministra Romy Rutherford, quien lo encausó por el eventual delito de malversación de causales públicos, por cerca de $ 3.500 millones, tras obtener, según explica la jueza en su resolución, la confesión del mismo Fuente-Alba.
Según quienes han tenido acceso al procesamiento, Rutherford decretó que “el propio reconocimiento del encausado Fuente-Alba (…) admite haber utilizado fondos correspondientes a gastos reservados -que fueron entregados por el Ejército de Chile con el específico fin de ser usados en asuntos de inteligencia, contrainteligencia y seguridad- con un destino diferente, a razón de entre $ 700 y $ 800 millones anuales, durante cuatro años”.
La revelación de la ministra Rutherford da cuenta de que la investigación contra Fuente-Alba se centra en el uso que éste le dio a los gastos reservados, los cuales, según disposición legal, no pueden ser utilizados para fines personales.
Este último punto, Fuente-Alba parece obviarlo.
En el procesamiento, la ministra en visita dice que el reconocimiento del uso de estos fondos ocurrió en las tres declaraciones que el otrora alto oficial prestó ante ella, entre el 13 y 18 de febrero, en calidad de inculpado.
Sobre el destino que le dio a los recursos, en el procesamiento se señala que fue “el pago de diferentes conceptos y montos, como son la mantención completa de su vivienda familiar, lo que incluía no solo consumos básicos, sino que todos y cualquier gasto que pudiera irrogarse mensualmente, incluyendo la alimentación de su grupo, del personal y de las visitas recibidas, las celebraciones, cenas especiales, contratación de banquetería, flores, etc”.
Además, en el encausamiento se agrega que no solo él hacía uso de este dinero, sino que también terceros, como familiares y amigos. Rutherford, dice que Fuente-Alba “reconoce” que con cargos a gastos reservados se adquirieron regalos para diferentes personas y por diversas circunstancias.
Pero no solo se mencionan los gastos “para el hogar”, sino que también Fuente-Alba habría reconocido ante la ministra que lo investiga que recibió dinero por los viajes realizados al exterior, por él, su comitiva y su esposa. También con gastos reservados.
Rutherford afirma en el procesamiento que Fuente-Alba “recibió por cada comisión un viático que depositó en sus cuentas, sin destinarlo a ninguno de los conceptos propios, sino a gastos que no supo identificar y a inversión, y que todos los gastos de los viajes eran pagados con egresos de gastos reservados”.

Dinero en sobre a generales

Pero no todo el dinero utilizado era gastado para el consumo propio del general (R) Fuente-Alba. También habría fondos que supuestamente iban a generales de división y a excomandantes en jefe, en una especie de mesada para ellos.
Según el procesamiento, el exgeneral “admite la entrega mensual de dineros a excomandantes en jefe del Ejército” por sumas que fueron desde $ 400 mil, en un comienzo, hasta $ 800 mil.

Este concepto se llamaba “apoyo a excomandantes en jefe”. En su declaración, Fuente-Alba señala que se hicieron pagos de este tipo desde el general (R) Oscar Izurieta (comandante en jefe del Ejército entre 2006 y 2010) hasta él mismo, cuando salió de la institución.
Rutherford asegura en el encausamiento que el excomandante dijo en su testimonio que “esos recursos provenían de gastos reservados y, por lo tanto, era Jorge Cortés el encargado de obtenerlos del DIFE de la época”.

Además, sostuvo que estos dineros eran entregados en efectivo en sobres. “Indica que él (Fuente-Alba) no tenía el legítimo derecho a percibir esos recursos, pero era una decisión del comandante en jefe de la época, que era el general (R) Humberto Oviedo”.
Pero no solo los exgenerales habrían recibido dinero, según Fuente-Alba. También señaló que dispuso la entrega de entre US$ 1.000 y US$ 3.000 para generales de brigada y de división en cada viaje que realizaran.

Viajes y gastos

Según dijo Fuente-Alba en una de sus declaraciones, el encargado de obtener los gastos reservados era el mencionado oficial de nombre Jorge Cortés, junto a otro que también identificó. Esto dice relación con lo que, según fuentes del caso, siempre fue complicado detectar: la forma como habría financiado sus gastos, pues la mayoría de las veces mandaba a terceros a firmar y solicitar aprobaciones.
Sobre los gastos para la mantención de su casa, la ministra Rutherford sostuvo en el procesamiento que “consultado por el tribunal afirma que efectivamente es probable que a lo menos una parte de los gastos de mantención y funcionamiento de la casa, que habitó en el periodo en que fue comandante en jefe, haya salido también de gastos reservados”.
En cuanto a los viajes que este realizó, la ministra Rutherford lo procesó por 19 viajes en los cuales salió del país, casi siempre junto a su esposa. El ticket de ella también habría sido financiado por el Ejército, hasta que la Contraloría se pronunció. El procesamiento indica que según lo declarado por Fuente-Alba, entre 2008 y 2009 salió un dictamen de Contraloría que dispuso que no podían costearse los pasajes de las esposas de las autoridades con fondos de la institución.
El general (R), sin embargo, encontró la solución y “se decidió cubrir esa necesidad o gasto con los recursos asignados a gastos reservados”, según el procesamiento.
Sobre esta misma arista, por ejemplo, Fuente-Alba habría reconocido que en un viaje realizado en 2010 a México, Francia y Argentina, habría recibido una suma de entre US$ 3.000 y US$ 4.000 por “asignación para imprevistos” y que “salían de gastos reservados”.

Otro viaje cuestionado por la ministra fue el que realizó en 2013 a Europa, con su esposa y la comitiva, donde estuvieron en Inglaterra, Croacia, Bosnia y Chipre. El procesamiento dice que “después regresó a París a buscar a su señora donde parece estuvo una noche, según recuerda, para finalmente regresar a Santiago. Su estadía, la de su señora y de la comitiva en París, la pagó el Ejército, con cargo a gastos reservados”.

Amparo por declaración

Las declaraciones prestadas por Fuente-Alba, en las cuales habría confesado el mal uso de los gastos reservados, fueron cuestionadas por su defensa. Ayer, en la Corte Marcial presentaron un recurso de amparo para anular sus declaraciones del 13, 14 y 18 de febrero por no haber podido contar con una defensa letrada (sus abogados no pudieron estar con él, pese a su calidad de inculpado), señalando además que éstas se prolongaron por 11 horas sin que “haya podido ingerir alimentos, almorzar y tener acceso a sus medicamentos”.
Rutherford negó estas acusaciones a través de un informe al tribunal. Allí la jueza señaló que hubo recesos en el interrogatorio para dejarlo almorzar y distenderse. “No es cierto que las indagatorias prestadas por éste ante el tribunal se hayan desarrollado de la forma cómo expone el actor en su libelo (…). Ha procedido a reconocer gran parte de los hechos por lo cuales se le consultaron, y particularmente en relación con el destino dado a los gastos reservados”.

La sala fue presidida por Hernán Crisosto y por el CDE alegó María Inés Horvitz, quien pidió el rechazo del amparo: “Un militar, que que está dispuesto a morir por la patria y preparado, me lo imagino para resistir un interrogatorio”.


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