La última decisión del general director (R) Bruno Villalobos antes
de renunciar fue dejar a Mauro Victtoriano a cargo de la jefatura de
Carabineros en La Araucanía. Diez meses después, la declaración ante la
fiscalía del alto oficial complica a La Moneda.
“Con esto, nunca voy a llegar a ser general inspector. Lo
mejor que puedo hacer ahora es irme. Voy a renunciar”. Con esta frase,
dicha a sus cercanos la tarde del 17 de noviembre, el entonces general
Mauro Victtoriano Krebs (52), daba por finalizados sus más de 30 años de
carrera en Carabineros.
Ese día, el alto oficial dijo haberse enterado de que uno de
los Gope que habían participado en el operativo del 14 de noviembre, en
que murió el joven mapuche Camilo Catrillanca (24), portaba una cámara
institucional en su casco. Durante tres días sus subalternos y él mismo
-según señaló a sus cercanos- habían sostenido que no habían grabado el
fatal procedimiento en Temucuicui. Sin embargo, los fiscales de La
Araucanía, Roberto Garrido y Jorge Calderara, revisando los videos
incautados a Fuerzas Especiales de Carabineros, que llegaron minutos
después al lugar, descubrieron imágenes en que el sargento Raúl Ávila
tenía una GoPro sujeta en su cabeza, de la que ni él ni sus compañeros
habían dado cuenta. Tras el hallazgo, la PDI citó a declarar, esta vez
como imputados, a los efectivos policiales. De esto se informó al Alto
Mando y al gobierno, y con eso se selló el destino de Victtoriano.
“Renuncio, mi general director”, dijo Victtoriano al entonces general
director de Carabineros Hermes Soto, ese mismo día, tomando distancia
de quienes fueron llamados a retiro y dados de baja al día siguiente,
cuando el ministro del Interior, Andrés Chadwick, y Soto notificaron
desde La Moneda a la opinión pública que habían existido imágenes del
crimen de Camilo Catrillanca, pero que estas habían sido destruidas por
uno de los policías.
Cincuenta días después de que Victtoriano diera un paso al costado,
la publicación de parte de su declaración ante el Ministerio Público
generó una crisis en el gobierno, que se agudizó con la petición de
renuncia y una amenaza de acusación constitucional al titular de
Interior. Según el sitio Interferencia, en su declaración, el general
Victtoriano había informado a Chadwick que Catrillanca estaba desarmado
al momento de su encuentro con Carabineros en Temucuicui y que no había
existido un enfrentamiento.
Un general molesto
El general Victtoriano tuvo un exitoso paso como jefe de Carabineros
en Atacama. Autoridades regionales recuerdan cómo en mayo de 2017,
cuando un aluvión azotó la zona, lideró peligrosos rescates de
comunidades que habían quedado aisladas por la catástrofe. Era su
primera destinación luego de que el entonces general director de
Carabineros Bruno Villalobos lo ascendió al grado de general, en octubre
de 2016. En el cuerpo de generales estaba bien aspectado: por su
carácter disciplinado tenía altas posibilidades de obtener las tres
estrellas en su uniforme y transformarse en uno de los seis generales
inspectores, el grado más alto de Carabineros antes de convertirse en
general director.
Pasó un año y cuatro meses luego de ese ascenso, cuando, a fines de
febrero de 2018, el teléfono de Victtoriano volvió a sonar. Al otro
lado, Villalobos -sumergido ya en la crisis de pruebas falsas contra
mapuches de la Operación Huracán- le pidió que se hiciera cargo de la
zona roja de ese conflicto.
Villalobos recién había llamado a retiro al general Marcelo Teuber,
quien duró dos meses en el cargo, tras comprobarse en el sumario de
Carabineros manipulación de pruebas, y necesitaba a alguien que hiciera
frente a lo que se venía. La llegada del general Victtoriano a la IX
Región se materializó en una reservada ceremonia, el 9 de marzo de 2018,
a la que no asistió el general director. Villalobos renunciaría tres
días después, el 12 de marzo, el mismo día en que el Presidente
Sebastián Piñera asumió su segundo mandato.
Pese a la “mochila” de cercano a Villalobos que cargó durante ocho
meses, Victtoriano llevaba bien su cargo, señalan sus cercanos. Quienes
lo conocen dicen que su voz grave se hizo una especie de marca
registrada en la base de Pailahueque, centro de operaciones de las
Fuerzas Especiales y del grupo táctico que se creó el 28 de junio del
año pasado. Cuando se presentó lo que se llamó “Comando Jungla”,
Victtoriano estuvo en todo momento detrás del Presidente Piñera. Serio y
erguido, siguió en silencio, y vista al frente, toda la ceremonia de
presentación del nuevo grupo táctico de élite que lideraría.
“A mediados de 2018, al Gope Araucanía se le agregó una dotación de
personal con la especialidad Gope; de cualquier manera fue poco
personal, no más de 10. En definitiva, lo único que ocurrió es que se
aumentó la dotación del Gope en la región, hasta alcanzar cerca de 55
funcionarios. De ese total, siete u ocho habían concurrido a Colombia a
un curso que se denomina ‘curso o Comando Jungla’”. Así describió
Victtoriano ante la fiscalía -el 6 de diciembre- al grupo que le
correspondió encabezar.
Sus cercanos destacan el carácter de Victtoriano para enfrentar
situaciones de conflicto. El 18 de abril de 2018 encaró uno de los
mayores atentados en La Araucanía, cuando desconocidos quemaron 16
camiones desde la empresa Áridos Mardones. “Sabía que la situación era
compleja, pero ese desafío no lo apabullaba”, dijo un general retirado.
Desde que se cursó su renuncia, Victtoriano no ha querido contestar el teléfono a sus excompañeros. Tras presentar su renuncia se refugió en Santiago, donde viven y estudian sus hijas. “Está molesto”, dicen quienes compartieron con él sus últimos días en Temuco. Antes de irse de Carabineros se despidió personalmente de algunos generales, explicándoles que su decisión obedecía a la responsabilidad del mando. Sin embargo, también lamentaba la “injusticia” de la situación: haber realizado un procedimiento en que si bien hubo una muerte, el equipo de Carabineros había sido atacado, lo que -según ha señalado- no se ha destacado con énfasis. En su declaración, Victtoriano aborda este episodio. “Una vez que se conformó la caravana para salir del lugar con los ve-hículos sustraídos, pasé por el lugar donde se encontraba el tractor (que conducía Catrillanca, quien ya a esa hora había sido trasladado y declarada su defunción en el Cesfam de Ercilla) (…). Al salir nos encontramos con tres barricadas, que nos impedían el paso, y recibimos muchos disparos”.
Desde que se cursó su renuncia, Victtoriano no ha querido contestar el teléfono a sus excompañeros. Tras presentar su renuncia se refugió en Santiago, donde viven y estudian sus hijas. “Está molesto”, dicen quienes compartieron con él sus últimos días en Temuco. Antes de irse de Carabineros se despidió personalmente de algunos generales, explicándoles que su decisión obedecía a la responsabilidad del mando. Sin embargo, también lamentaba la “injusticia” de la situación: haber realizado un procedimiento en que si bien hubo una muerte, el equipo de Carabineros había sido atacado, lo que -según ha señalado- no se ha destacado con énfasis. En su declaración, Victtoriano aborda este episodio. “Una vez que se conformó la caravana para salir del lugar con los ve-hículos sustraídos, pasé por el lugar donde se encontraba el tractor (que conducía Catrillanca, quien ya a esa hora había sido trasladado y declarada su defunción en el Cesfam de Ercilla) (…). Al salir nos encontramos con tres barricadas, que nos impedían el paso, y recibimos muchos disparos”.
“Había disparos”
Vestido de civil, con chaqueta y sin corbata llegó Victtoriano -ya
renunciado a Carabineros- a la Fiscalía Regional de La Araucanía el 6 de
diciembre pasado. En el lugar, tres fiscales lo esperaban para tomarle
declaración. Por esos días, en el Ministerio Público se buscaba despejar
las acusaciones de uno de los Gope, el exsargento Carlos Alarcón, quien
grabó un video desde la Comisaría de Temuco -donde cumplía prisión
preventiva como autor del disparo que mató a Catrillanca- acusando que
les “habían ordenado mentir”. Tras varias diligencias, la fiscalía
determinó imputar obstrucción a la investigación al abogado
institucional Cristián Inostroza y a tres carabineros. El de más alto
rango, a quien se le imputará responsabilidad en estas conductas, es al
coronel (R) Jorge Contreras, mano derecha de Victtoriano.
El fiscal regional de La Araucanía, Cristián Paredes, desestimó esta
semana que la declaración de Victtoriano -ya publicada en la prensa-
aportara nuevos antecedentes a la investigación.
En el párrafo 21 de su única declaración ante la fiscalía, de nueve
carillas, el general (R) asegura que tras llegar al lugar de la muerte
del comunero en Temucuicui y hablar con el sargento Alarcón, quien había
disparado a Catrillanca, “llamé al señor ministro del Interior,
conforme a lo que me había ordenado mi general Franzani. Informé al
señor ministro de la situación, él me preguntó si a los carabineros les
habían disparado y si los ocupantes del tractor llevaban armas, y le
informé que no, pero por lo que me había dicho Alarcón, le señalé que
había disparos”.
Nueve párrafos más abajo, el general (R) Victtoriano vuelve a abordar
el punto ante una pregunta de los fiscales y dice que no sabe si hubo
disparos , pero que el exsargento que interrogó le dijo que sí. “A su
pregunta: no sé si en el momento en que los funcionarios del Gope se
encontraron con el tractor fueron objeto de disparos en su contra. Lo
que el sargento Alarcón me señaló es que ‘había disparos’. Yo supongo
que eso significa que les habían disparado no directamente a ellos, pero
que en el sector se estaban efectuando disparos. Quiero dejar en claro
que se trata de una presunción”.
Un silencio incómodo
A las 8.00 am del 15 de noviembre llegó hasta el WhatsApp del
ministro Chadwick un documento titulado “Resumen ejecutivo”. El
remitente era Victtoriano. A esa hora, aún La Moneda entregaba una
versión pública del procedimiento policial que había terminado con un
adolescente detenido -acusando apremios por parte de la policía- y una
víctima fatal.
En el documento, que se terminó de elaborar a las 2.30 am de ese día,
se advertía el enfrentamiento entre los Gope y los entonces sospechosos
de un robo de autos que originó el operativo. “Individuos parapetados
en la vegetación existente en el lugar, premunidos con armas de fuego
cortas y largas efectuando disparos de diversos calibres hacia el
personal policial”, se leía.
El parte policial, que llegó dos horas después, cerca de las 11.00
am, repetía la misma versión. Aunque en su declaración Victtoriano
asegura que no había intervenido personalmente ni en el parte ni en el
resumen ejecutivo, la información que recibió La Moneda fue visada por
su subalterno directo, el coronel Jorge Contreras, y el mismo
Victtoriano lo envió al celular de Chadwick.
Ante la crisis política que se suscitó por la filtración de parte de
la declaración judicial del general (R), en el gobierno se resiente que
el propio Victtoriano no haya salido a aclarar sus dichos al Ministerio
Público. Ese silencio fortalece la idea de la molestia instalada entre
los exaltos oficiales por la decisión del titular de Interior de remover
-hasta la fecha- a 39 generales del Alto Mando.
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