Pasaron 264 horas entre la desaparición de Nibaldo Villegas, la
identificación del macabro torso que flotaba en el Muelle Prat y las
detenciones de Johanna Hernández, su esposa, y de su actual pareja.
Durante una semana, ella lloró su ausencia en televisión y por redes
sociales.
No sé quién le abre la puerta a estas cosas? Jamás lo imaginamos”,
decía hoy una mujer, que se identificó como Rosalía, en medio de la
batahola que había afuera del Juzgado de Garantía de Valparaíso.
¿En qué minuto alguien decide hacer algo así? ¿Por qué? Las preguntas obvias se repetían.
El ambiente era tenso, a medio camino entre la tristeza y la rabia. Se
escuchaban gritos de “asesina”. Pasadas las 13.30 horas, las cámaras
apuntaban a Johanna Hernández, de 32 años, quien comenzaba a ser
formalizada por el fiscal José Miguel Subiabre por el presunto
parricidio de su esposo, Nibaldo Villegas (49). Delito por el cual fue
detenida a las 22.10 del martes, junto a su actual pareja, el también
imputado Francisco Silva (37). Ella entró llorando al tribunal. Él, en
silencio.
Nibaldo, profesor de Computación del Liceo CIA, en Villa Alemana, era
el menor de ocho hermanos. “La guagua de la casa”, recordó Leandro, uno
de ellos. El pasado viernes 10 de agosto se le perdió el rastro. Nadie
lo podía entender. “Vivía con su hija de siete años, hacía todo por
ella, tenía su custodia temporal”, contó otro pariente.
Cinco días después apareció un torso, decapitado y sin sus
extremidades, flotando en el Muelle Prat de Valparaíso. También había
evidencia de heridas cortopunzantes. Varias. Este lunes los peritajes de
ADN confirmaron que se trataba del docente. Faltaba saber quién era el
responsable. Hasta que a las 22.10 de este martes, 264 horas después de
la desaparición, la PDI, a partir de la georreferenciación de los
teléfonos celulares, detuvo a Johanna y Francisco.
Detalles
Inevitablemente, las imágenes y los detalles se contraponen.
Johanna estaba en trámites de divorcio con Nibaldo. Se habían casado en
2009. Un hermano de este último, Leandro, relató que “la habíamos
aceptado, pero iban y volvían y no era sano. Parece que él aún tenía la
esperanza de volver con ella”.
La semana pasada, la paramédico Johanna apareció acongojada en
programas matinales de TV. “Él es mi pilar fundamental. Más que ser mi
pareja por tantos años, por nueve años, se convirtió en el padre de mis
hijos de mi matrimonio anterior”, dijo en La Mañana, de Chilevisión,
respecto de sus otros dos hijos. También salió a pegar carteles de “se
busca” en las calles porteñas. Difundió fotos. También lloró cuando la
PDI identificó el torso.
Por ahora, según información de la indagatoria a la cual accedió La
Tercera, los relatos de los dos imputados se contraponen, y si bien
ambos se sitúan en el lugar del crimen, también se acusan mutuamente
sobre su autoría.
El relato de hoy del fiscal fue crudo. Apuntó que establecieron el
tráfico de llamadas y de datos que existió entre la víctima y su
exesposa en días previos al crimen. El día del homicidio, Nibaldo acordó
reunirse con Johanna en su casa de la población Wilson, de Villa
Alemana, tras dejar a su hija en el domicilio de su padre, en
Achupallas, Viña del Mar. Dijo que se reuniría con amigos. “Lo hizo así
para que su familia no le reprochara este encuentro con Johanna”, acotó
el persecutor.
Aquella noche, según el Ministerio Público, ambos imputados habrían
esperado a la víctima cerca de su hogar. A las 23.50, esta última fue
inmovilizada por los agresores, “asestándole golpes cortopunzantes en la
zona torácica, que afectaron su integridad, ocasionándole la muerte.
Acto seguido, procuraron la desaparición del cuerpo”, dijo Subiabre,
quien precisó que los imputados “declaran y reconocen los hechos, se
posicionan en el lugar, indican el concierto y que se produce este
desmembramiento en su domicilio, en la cama de la víctima”. También se
investiga el uso de drogas de sumisión en Villegas, por parte de la
pareja.
Tras el deceso, Johanna fotografió en dos ocasiones a la víctima con
su teléfono celular, eliminando posteriormente las imágenes. Sin
embargo, fueron recuperadas en los peritajes policiales y luego
analizadas por un médico cirujano de la PDI, quien -según Subiabre-
indicó que “me impresiona la forma aparente de su muerte”. Los hechos
relatados coinciden con el testimonio de Winston Yáñez, vecino de
Nibaldo. “Cerca de la medianoche escuché un ruido espantoso, muy fuerte,
salimos y no había nada”.
Viaje en automóvil
Esa misma noche, ambos imputados se trasladaron hasta el sector de
Laguna Verde, en Valparaíso, donde arrojaron los restos de Nibaldo a
unas quebradas. Ese trayecto lo hicieron a través de la Ruta Troncal Sur
y Las Palmas, en un vehículo de Francisco.
Según determinó la policía, en ese camino ambos pasaron primero por
Quilpué, donde sacaron $ 35 mil de un cajero automático con la tarjeta
de crédito de la víctima y la clave, que conocía su exesposa. Además,
según las cámaras de vigilancia de la entidad bancaria, la operación la
habría hecho Francisco, vistiendo una chaqueta que pertenecía a la
víctima. Luego, con parte de ese dinero, cargaron bencina en un
servicentro Petrobras, compraron cigarros y comida. Y después
continuaron hacia Laguna Verde.
“Ellos continuaron con su vida cotidiana y el martes 14 nuevamente se
conciertan y analizan que los restos podrían ser hallados. Vuelven, los
terminan de cercenar y se dirigen a un sector cercano para arrojarlos
al mar”, especificó el fiscal Subiabre, quien sostuvo que el
desplazamiento del cuerpo hasta el Muelle Prat coincidió con un informe
emitido por la Armada respecto de las corrientes marinas.
Sumado a esto, y tras la declaración de los imputados, hoy la PDI
efectuó peritajes en el primer sector nombrado. “Pudimos encontrar una
fogata que presenta diversos restos óseos calcinados, así como también
algunos utensilios personales que podrían corresponder a la víctima”,
dijo el comisario Roberto González. Añadió que “también se encontró una
sábana de dos plazas impregnada con sangre”.
“En su declaración, ellos manifiestan que hicieron una fogata en la
playa Las Docas, donde habrían tratado de ocultar el cuerpo”, dijo el
detective. Tras la audiencia, los imputados quedaron en prisión
preventiva, con un plazo de investigación de 120 días.
Familia
Un pariente cercano de la víctima añadió hoy que “tenemos mucha pena,
nosotros la acogimos y mira cómo nos pagó, él era nuestro bebé, nuestro
hermano menor”.
Otro familiar indicó que “obviamente estamos un poco más tranquilos,
ya sabemos qué fue lo que pasó, pero aún queda un largo camino por
delante”, finalizó.
Todavía quedan interrogantes en torno al caso. ¿Cuál es el móvil del crimen? La fiscalía indaga varias aristas, entre ellas, algún posible interés económico en los bienes de la víctima y también la propia disputa legal por la tuición de la hija. La puerta que alguien abrió, aún no se cierra.
Todavía quedan interrogantes en torno al caso. ¿Cuál es el móvil del crimen? La fiscalía indaga varias aristas, entre ellas, algún posible interés económico en los bienes de la víctima y también la propia disputa legal por la tuición de la hija. La puerta que alguien abrió, aún no se cierra.
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