Hace instantes, en su cuenta de Twitter, Sebastian Piñera declaró que “Venezuela y su pueblo necesitan apoyo internacional para recuperar su libertad y democracia. Con el Presidente @IvanDuque estaremos este viernes en Cúcuta entregando ayuda humanitaria a quienes llevan años sufriendo crisis causada por la dictadura”.
La injerencia sistemática en la política de Venezuela por parte del Estado de Chile y de otros estados afines a la política imperial de Estados Unidos tiene en esta supuesta entrega de “ayuda humanitaria” un paso significativo en la campaña de desestabilización política reforzada en este último periodo con la autoproclamación de Juan Guaidó como “presidente encargado” de este país.
El presidente estadounidense Donald Trump aspira a que la negativa del Gobierno venezolano de dejar entrar esta supuesta asistencia humanitaria, pueda justificar una intervención militar en la nación petrolera y así, definitivamente, permitir que empresas de norteamericanas tomen el control de los hidrocarburos y de otros valiosos recursos detectados en el territorio nacional. En este contexto, el anuncio de Piñera colabora servilmente con la escenificación montada por la Casa Blanca, al margen del principio de autoderminación de las naciones y la soberanía que le corresponde a cada una.
Se ha afirmado recurrentemente, por parte de mandatarios aliados de Trump y sus medios de prensa afines, que en Venezuela gobierna una dictadura, sin embargo no se han entregado evidencias contrastables que sustenten esta aseveración. Las últimas elecciones que dejaron a Nicolás Maduro como presidente fueron inspeccionadas (así como las anteriores) por diversos observadores internacionales, sin que ninguno haya impugnado el proceso. Se alega que tuvo una participación menguada, en comparación a las anteriores. De acuerdo a la BBC, en ellas votó el 46,02% del padrón electoral y de un total de 9.132.655 de votos, Maduro recogió 6.190.612 de éstos, mientras que los opositores Henri Falcón y Javier Bertucci obtuvieron 1.917.036 y 988.761 de votos, respectivamente.
Piñera, tal como ha mencionado, también acusa al gobierno venezolano de ser una dictadura, no obstante la proporción del padrón electoral que acudió a las urnas en las elecciones por las cuales fue electo como presidente fue de un 46%. Es decir, los niveles de abstención fueron proporcionalmente similares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario