Junto con destacar "el valor del respeto, la colaboración y la
búsqueda de acuerdos”, el mandatario cuestionó “el peligro de los
intentos refundacionales y la lógica de la retroexcavadora”, en clara
alusión a la administración que le antecedió.
Habló de unidad y amistad cívica, pero también fue crítico respecto del
mandato de la ex Presidenta Michelle Bachelet. En la primera cuenta
pública de su segundo gobierno, el jefe de Estado, Sebastián Piñera, no
sólo esbozó el país que desea construir en los próximos cuatro años –con
énfasis en el orden, la seguridad económica y social– sino que también
realizó un duro diagnóstico del Chile que recibió.
Las referencias al anterior gobierno ocuparon la primera parte de su
intervención, acorde con el enfrentamiento que ha habido en estos
primeros meses especialmente con el Partido Socialista, que se ha
restado de comisiones como la de Infancia y ha liderado los
requerimientos ante Contraloría que han puesto en jaque al Ejecutivo en
asuntos clave, como la implementación del aborto en tres causales. Esta
dura arremetida de Piñera ante el Parlamento provocó la incomodidad de
los representantes de la oposición, en momentos en que el debate de
iniciativas legislativas se han visto entrampadas por la minoría que el
Gobierno mantiene en ambas cámaras.
En este escenario, el gobernante inició su performance -que duró 137
minutos, la más extensa de sus dos periodos- recordando que en la
segunda mitad del siglo pasado, “la convivencia cívica se enrareció y
nos fuimos convirtiendo en enemigos unos de otros, por el solo hecho de
pensar distinto”. Ello, dijo, entregó dos lecciones. Una es “el valor
del respeto, la colaboración y la búsqueda de acuerdos”, para -a renglón
seguido- cuestionar “el peligro de los intentos refundacionales y la
lógica de la retroexcavadora”, en clara alusión al gobierno anterior.
La segunda es “el valor del progreso y el desarrollo, que deben
sustentar nuestras demandas y aspiraciones”. Añadió: “Quien lo olvida o
descuida, no sólo siembra ilusiones, también termina cosechando
frustraciones”. Y reacuñó un término que primó durante la campaña a La
Moneda: encabezar una “segunda transición, la que nos permitirá
conquistar el desarrollo y derrotar la pobreza y promover a nuestra
clase media”.
“Es importante sincerar la situación en que recibimos el
país en algunas áreas fundamentales para el desarrollo de Chile y la
calidad de vida de los chilenos”, adujo el gobernante y aseveró que
tenía cifras para sustentar su negativa visión respecto de la
administración de Bachelet.
“Después de una larga fase de gran dinamismo, en que Chile crecía más
rápido que América Latina y el mundo, reducía con fuerza la pobreza y
se transformaba en una sociedad de clase media, este progreso se vio
interrumpido porque descuidamos el valor de los acuerdos y del
crecimiento económico. Ello, junto al impulso de reformas como la
Tributaria y Laboral, generó incertidumbre, debilitó los equilibrios
macroeconómicos, frenó la innovación y el emprendimiento y redujo
nuestra capacidad de crecer, crear empleos y mejorar los salarios.
Además, la inversión y la productividad no dejaron de caer, la
responsabilidad fiscal se debilitó y la deuda pública se duplicó”,
sostuvo.
Además arguyó que “el resultado fue que, durante los últimos 4 años,
nuestro país creció apenas un 1,7% en promedio anual. Es decir, solo la
mitad del crecimiento del mundo y menos de un tercio del 5,3% que
alcanzamos en promedio durante nuestro primer mandato. En suma, Chile
tuvo el peor desempeño económico en tres décadas y vio amenazado aquel
sólido liderazgo y dinamismo que había hecho de nuestro país un modelo
para el resto de América Latina”. También marcó diferencias en el ámbito
de seguridad, donde “también tuvimos retrocesos que se manifestaron en
el aumento de la delincuencia, el temor y el narcotráfico. Tampoco se
actuó con decisión y urgencia al conocerse las graves irregularidades en
Carabineros”.
Agregó en este mismo sentido que “la protección de nuestra infancia
se debilitó y el acceso a una salud de calidad se deterioró, con listas
de espera que llegaron a totalizar cerca de dos millones de
compatriotas. La calidad de la educación se estancó y la situación
migratoria, simplemente, se salió de control”.
Luego, Piñera adujo que el pueblo no se resigna ante la mediocridad y
-a propósito de los tres primeros meses de su gobierno- que “en los
meses recientes hemos visto cómo se está restableciendo la confianza y
Chile se pone nuevamente en marcha hacia el desarrollo”, destacando que
en marzo Chile creció un 4,6%. “Estamos enmendando el rumbo, atendiendo
las urgencias y, al mismo tiempo, fortaleciendo nuestra capacidad de
alcanzar el desarrollo integral”, señaló.
En una frase que utilizó para referirse a la política migratoria,
pero que resume su postura ante el gobierno precedente, dijo:
“Compatriotas, hemos puesto por fin orden en nuestra casa”.
Fin al CAE y reforma a Isapres: Los anuncios sociales
Piñera esbozó también una serie de reformas en el área económica y social.
“Aún nos falta mucho por recorrer”, dijo antes de comenzar a enumerar
sus anuncios sociales “de pronta aplicación”. En primer lugar, el
Presidente anunció que presentará el proyecto de ley que crea el
Ministerio de la Familia y Desarrollo Social, en reemplazo de la actual
cartera encabezada por el ministro Alfredo Moreno. Además, retomó una
promesa de campaña: la implementación de la Red Clase Media Protegida.
En términos de infancia, el Mandatario señaló que se impulsará la
Agenda del Acuerdo Nacional por la Infancia, conocido esta semana,
además de promover los proyectos de ley que crean el Servicio de
protección a la Infancia y el servicio de Reinserción Juvenil, en
reemplazo del Sename.
También postuló la creación de un sistema de alerta temprana de la
infancia e incluyó el anuncio de la nueva ley de Adopciones, cuyo
proyecto sería enviado esta semana pero que, por el desacuerdo existente
en el oficialismo, se trasladó para la próxima. Sus objetivos, dijo,
son “agilizar el proceso de adopción”, y por otro lado, “poner los
derechos del niño como principal prioridad y encontrar para cada niño la
mejor familia adoptiva posible”.
Piñera además planteó tres proyectos claves. El primero, la
presentación de una iniciativa que asegure el derecho universal a la
sala cuna. El segundo, un nuevo Sistema Único de Créditos para la
educación superior, que sustituirá al Crédito con Aval del Estado (CAE) y
al Fondo Solidario de Crédito Universitario.
El Presidente detalló que este sistema será administrado por el
Estado, sin intervención de la banca privada, con una tasa de interés
del 2% anual. “Los estudiantes no pagarán mientras estudian y la cuota a
pagar en ningún caso excederá el 10% de sus ingresos. De esta forma, si
la persona no tiene ingresos simplemente no paga”, señaló. Además, la
deuda comenzará a pagarse cuando el alumno haya egresado y tenga
ingresos, y cualquier remanente se condonará después de 15 años de pago.
El tercer proyecto se trata de una reforma a las pensiones, “para
lograr, de forma progresiva, que todos los chilenos tengan una
jubilación digna”. Aunque no entró al detalle, Piñera señaló que los
ejes están en el fortalecimiento del Pilar Solidario, el establecimiento
de un aporte especial a las pensiones de los más vulnerables, mujeres,
mayores de edad y clase media, y la creación de incentivos para la
postergación voluntaria de la edad de retiro.
En paralelo, recalcó que “la salud requiere cirugía mayor”. En este
acápite, Piñera –junto con anunciar la creación de un registro Unificado
de Pacientes y la reforma al Sistema de Atención Primaria- aseguró que
se iniciará la modernización de Fonasa, “avanzando hacia un nuevo seguro
social de salud”.
Además, anunció una reforma al sistema de isapres, para avanzar
“hacia un sistema más solidario que permita avanzar hacia el fin de las
prexistencias y discriminaciones en el acceso y costos de la salud, que
afectan hoy a las mujeres y adulto mayores”. Piñera afirmó que se creará
un Plan Universal de Salud, un sistema de Compensación por Riesgos
Sanitarios y un Portal de Transparencia, que permita comparar planes y
precios de las diferentes isapres.
El mandatario también anunció la extensión del metro para que en 2026
este llegue a cinco nuevas comunas, entre ellas La Pintana y el sector
de Bajos de Mena, en Puente Alto.
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