lunes, 11 de junio de 2018

Barros tras salida de diócesis de Osorno: “Les pido con humildad que me disculpen por mis limitaciones”


El Papa Francisco comunicó esta mañana que aceptó la renuncia del obispo Juan Barros. En una carta, el sacerdote pidió disculpas y agradeció a quienes "han rezado y también ofrecido sus dolores conmigo en este tiempo".


Luego de que el Papa Francisco aceptara su renuncia a la diócesis de Osorno, Juan Barros emitió un comunicado en el que pidió disculpas por “sus limitaciones” y por lo que “no pudo lograr”. Esto en medio de las acciones concretas que el Pontífice prometió tomar a corto, mediano y largo plazo.
A través de una carta, el sacerdote agradeció además “a todos quienes con fe me recibieron, me acompañaron generosamente, trabajaron con amor por su Iglesia. Agradezco a muchas personas y comunidades que han rezado y también ofrecido sus dolores conmigo en este tiempo,  en la esperanza de que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman. A los más pobres y quienes más sufren les envío un especial abrazo, pidiéndoles que no dejen de orar por mí”.
Además, manifestó que “les pido con humildad que me disculpen por mis limitaciones y lo que no pude lograr. El Padre misericordioso del cielo nos ayude a todos para mejorar, para amar en todo. Nuestras vidas están en las manos de Dios que conoce nuestras conciencias y las acciones de cada uno en este complejo tiempo que nos tocó vivir”.
Hoy se ha comunicado oficialmente que el Santo Padre ha aceptado mi renuncia
al gobierno pastoral de la Diócesis de Osorno. Como es de conocimiento
público, en ocasiones anteriores ya había puesto en sus manos esta misión
encomendada.

Nuevamente expreso mi gratitud al Papa Francisco por su viva y paternal
preocupación para el bien de todos. Con espíritu de fe veo en sus decisiones
los caminos de Dios, su Divina Providencia nos va conduciendo para nuestro
mayor bien.

A la Diócesis de Osorno le deseo lo mejor en su peregrinación hacia la
plenitud cristiana. He rezado mucho por esto y traté de colaborar en ello
estos años que fui destinado a este servicio pastoral.

Agradezco a todos quienes con fe me recibieron, me acompañaron
generosamente, trabajaron con amor por su Iglesia. Agradezco a muchas
personas y comunidades que han rezado y también ofrecido sus dolores conmigo
en este tiempo, en la esperanza de “que Dios dispone todas las cosas para
bien de los que lo aman” (Romanos 8,28). A los más pobres y quienes más
sufren les envío un especial abrazo, pidiéndoles que no dejen de orar por
mí.

Les pido con humildad que me disculpen por mis limitaciones y lo que no pude
lograr; el Padre misericordioso del cielo nos ayude a todos para mejorar,
para amar en todo. Nuestras vidas están en las manos de Dios que conoce
nuestras conciencias y las acciones de cada uno en este complejo tiempo que
nos tocó vivir.

A mi querida familia y buenos amigos que me acompañan espiritualmente y
estimulan, les encomiendo especialmente a la recompensa eterna de Dios.
Sigamos confiando el presente y futuro a su infinito Amor.

Renuevo mi confianza en el amparo y guía de nuestra Santísima Madre la
Virgen María, pidiéndole especialmente que algún día llegue a resplandecer
toda la verdad.

+ Juan Barros Madrid

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