El autor de la columna reflexiona sobre la Justicia Social en el horizonte de sentido de las Intervenciones del Papa.
La visita del Papa a Chile sigue suscitando, en Argentina un conjunto de reacciones, especialmente en relación con la sensibilidad del pueblo argentino, y particularmente en sus feligreses, en quienes ocasiona la incertidumbre respecto a los motivos por los cuales no se hace presente en su país natal.
Dicha situación también ha sido aprovechada por algunos medios de comunicación y periodistas, para relanzar la presentación del último libro de Juan José Sebreli, escritor encargado de derrotar a referentes populares argentinos. El libro fue publicado en noviembre del 2016, sin embargo, a más de un año llama la atención que en los últimos domingos el autor forma parte de notas principales de los matutinos con mayor tirada de la Argentina. La incertidumbre popular, ante el deseo frustrado de que Francisco no pise suelo argentino es manipulada por algunos medios hegemónicos para profundizar la crítica respecto a los gestos, acción pastoral y pensamiento de Francisco.
Más allá de las frases filosas, maniqueas y polémicas respecto a referentes tanto de la Iglesia (Ignacio de Loyola, Francisco de Asis y Madre Teresa de Calcuta) como de la historia argentina (Hipólito Yrigoyen, Eva Perón y Ernesto Guevara) lo que nos interesa indagar en esta oportunidad es el reduccionismo que hace Sebreli en relación a cómo concibe Francisco a la pobreza y a la "Iglesia pobre y para los pobres". Sebreli anuncia que Bergoglio realiza una exaltación de la pobreza como un mérito, sin promover cambios que superen la situación de injusticia a la que están expuestos.
Mucho se está escribiendo sobre el pensamiento de Francisco, sus influencias y de donde abrevan los modos de conducción política y pastoral del actual líder global. Ante esto, muchos teólogos se han detenido a estudiar y escribir sobre dicha trayectoria. Lo que se puede afirmar es que es el primer Papa formado en su juventud por el contexto del Concilio Vaticano II. Particularmente por las repercusiones de este acontecimiento eclesial en Latinoamérica, donde de forma contemporánea se desarrollaba la Filosofía de la Liberación y la Conferencia Episcopal de Medellín. Junto con ello, el auge de la Teología de la Liberación en Latinoamérica y en Argentina la Teología del Pueblo, ambas expresiones de reflexiones locales del momento de Iglesia.
La Teología del Pueblo expresa la reflexión de la realidad argentina a los ojos del Concilio Vaticano II, la realidad Latinoamericana, la "Agenda inacabada del Concilio" y las particularidades de Argentina en relación con sus proceso políticos, culturales y sociales. Existen desarrollos teóricos sobre si la Teología del Pueblo es una extensión de la Teología de la Liberación o es una forma de desmarcarse en Argentina de dicha teología que era polémica en aquellos tiempos para la Jerarquía de la Iglesia. Lo que sí es reconocido, es la influencia de dichas reflexiones teológicas en el pensamiento de Bergoglio especialmente de la Teología del Pueblo como una modalidad nacional y popular de la Teología Latinoamericana. Lo que tienen en común dichas reflexiones y discusiones de la época, es lo que manifiesta como influyente del pensamiento de Bergoglio uno de sus profesores el Teólogo Juan Carlos Scannone SJ, que "la lucha por la justicia es algo esencial de la evangelización, si esta se reduce solo al culto o a lo religioso no existe evangelización". De estas reflexiones y prácticas de época es heredero Francisco, abrazando la opción por los pobres desde una visión no paternalista de la misma, sino comprendiendo a ellos como sujetos históricos y sociales.
Ante lo dicho y para desenmascarar el reduccionismo de Sebreli y de sus voceros en relación con el "Pobrismo" y la "Promoción de la pobreza" en el pensamiento y accionar de Francisco, nos interesa hacer un recorrido por las intervenciones del Papa con los movimientos populares. La promoción de dichos encuentros, el modo en que se desarrollan y las alocuciones impartidas por Bergoglio refutan los argumentos militantes de Sebreli.
Son tres los Encuentros Mundiales de los Movimientos Populares que se han desarrollado con el Papa: octubre del 2014 (Roma), julio del 2015 (Bolivia) y noviembre 2016 (Roma). Sumado a estos encuentros mundiales, se han realizado múltiples instancias nacionales. Tanto los realizados en Roma, como las convocatorias a compartir espacios en sus visitas a Latinoamérica -la última recientemente en Temuco, Chile- son una opción evangélica como conductor de la Iglesia católica; y también política, a partir de la organización popular que promueve. Tiene impacto tanto al interior de la Iglesia, en los movimientos populares, como así también, en el ámbito político y económico imperante. Eso Francisco lo sabe y lo siembra.
La primera afirmación que hizo en el Primer Encuentro (Roma 2014) fue: "¡Los pobres no sólo padecen la injusticia, sino que también luchan contra ella!". De aquí parte el horizonte de sentido de todos los encuentros, que se recrea a partir de los participantes miembros de la Organizaciones Sociales. Se advierte que lejos de sostener "un pobrismo" que se regocije de las periferias para seguir en la pasividad y funcionalidad de las estructuras injustas, se promueve a los pobres como sujetos sociales, colectivos y agentes de cambio para garantizar el acceso a los tres "Derechos Sagrados": Tierra, Techo y Trabajo. En palabras de Francisco: "Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de las tres T'.
Desde cardenal y como redactor del Documento del Episcopado Latinoamericano de Aparecida (2008) ya expresa su preocupación por la nueva dimensión de la injusticia social actualizando el término "Explotación", que da cuenta de que el pobre está dentro del sistema, siendo que estamos ante una nueva dimensión en donde los excluidos son "desechos" "sobrantes" del Sistema y un engranaje en la Cultura del Descarte. Ante ello, la Organización de Base es parte fundamental para construir una sociedad más justa.
Luego de publicada la Encíclica Social de Francisco "Laudato Si", los dos primeros países que visita en el 2015 son Ecuador y Bolivia. Éstos reconocen en sus constituciones los derechos de la Madre Tierra y sostienen una cosmovisión denominada del "Buen Vivir" como alternativa al capitalismo y a la acumulación de riquezas en pocas manos. En el Segundo Encuentro (Bolivia 2015), escuchando el trabajo de los movimientos sociales, retoma la demanda por garantizar las "tres T", propone para la organización tres tareas: 1) Poner la economía al servicio de los pueblos 2) Unir nuestros pueblos en el camino de la paz y la justicia. 3) Defender la Madre Tierra.
A partir de estas tres tareas Francisco denuncia la falacia de la teoría del derrame, exigiendo "una distribución justa de los frutos de la tierra", reconociendo la necesidad de fortalecer la unidad latinoamericana y llama a reconocer las nuevas formas de colonialismo en la región. Por último, vuelve a manifestar la urgencia de la organización popular.
El Tercer Encuentro (Roma 2016) se realizó a tres días de las elecciones presidenciales de EEUU, escenario electoral polémico por las propuestas xenófobas de la campaña y el debate respecto al levantamiento de un muro que separe toda la frontera con México.
La participación de Francisco, luego de retomar las tres tareas del último Encuentro, se sintetiza en tres títulos: "El terror y los muros", "El amor y los puentes" y "La bancarrota y el salvataje". Vuelve a manifestar la necesidad de "discernir colectivamente para convertirse en acción transformadora según los lugares, tiempos y personas".
Esta vez alza la voz respecto a transformar el "proyecto muro del dinero" en un "proyecto-puente" que promueva el desarrollo humano integral, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados, la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad social, que es la base de toda violencia.
Recientemente en Temuco - Chile la convocatoria a los Movimientos Sociales fue en el Aérodromo de Manqueue. Francisco ofreció la misa especialmente para aquellos que sufrieron violaciones de Derechos Humanos en ese mismo lugar, la referencia porque ahí hubo un centro de tortura y detención durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Sin negar la influencia en Bergoglio de las movilizaciones colectivas de Argentina y la organización comunitaria, su mensaje hoy es global y dirigido al orden mundial. Mientras tanto, algunos medios incomodados por su protagonismo internacional y preocupados por la agenda local buscarán tergiversar sus mensajes y acciones.
La iniciativa política y pastoral de convocar a los Movimientos Populares de todo el mundo, para organizarse en la defensa de la justicia social y la promoción de una economía al servicio de las personas, pone en el centro del quehacer político de Francisco una comprensión del pobre y el trabajador como sujetos indispensables e ineludibles para sostener procesos de cambio y de emancipación.
Gonzalo Navarro Sanz
Director Área Democracia y Derechos Humanos INTEGRAR
Sociólogo - Docente UNCUY
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