Fue una de
las artistas más polifacéticas y versátiles que ha interpretado todos
los géneros teatrales: drama, comedia musical, zarzuela o teatro
clásico, género que compaginó con la música y el cine.
La actriz y cantante Nati Mistral
ha muerto a los 88 años en Madrid, según ha confirmado el director del
Festival de Mérida, Jesús Cimarro. Mistral fue ingresada el pasado 27 de
octubre de 2016 en estado muy grave tras sufrir un derrame cerebral y
desde entonces ha estado ingresado en diversas ocasiones en el hospital.
A
Mistral le derrotaron su versatilidad y sus últimas apariciones
televisivas. Por la primera paseó su talento por el drama teatral, la
comedia musical, la zarzuela,
el teatro clásico, la música, el cine y los recitales poéticos. Y tanta
capacidad influyó en que las nuevas generaciones le recuerden asociada
al cine folclórico. Nacida como Natividad Macho Álvarez en Madrid en
1928, de su infancia decía recordar cómo había visto fusilar a miembros
del Frente Popular, y por ello siempre fue franquista convencida. En los
últimos años participó en diversos programas televisivos y aquí llegó
su segunda derrota para la posteridad. De opiniones contundentes, sin
filtro –“A mí no me calla nadie”-, se definía como “soy española,
madrileña y monárquica, y presumo de muy derechona”. Aseguraba ser “más
facha que nadie”, pidió en su momento a la alcaldesa de Madrid, Ana
Botella, que recurriera al ejército para limpiar las calles de Madrid o
calificó a Pablo Iglesias, de Podemos, como “eso” o “el chico de las
fotocopias”. Sobre la televisión creía que había terminado con los
“actores de verdad”, porque hoy ninguno sabe “decir y sentir” un texto.
Triste recuerdo para una artista que fue la primera cantante
española que actuó en la BBC o que estaba considerada como la actriz
que más veces había interpretado textos de Federico García Lorca. “No
hay un estilo propio de Nati Mistral porque nunca me he sujetado a nada,
necesito una constante renovación, ando siempre buscando cosas nuevas”,
dijo en una entrevista en EL PAÍS. Nacida en una humilde familia que
vivía en las manzanas de detrás de la Gran Vía, Nati Mistral tomo su
nombre de la escritora chilena Gabriela Mistral, admirada por su madre.
En su adolescencia fue una auténtica niña prodigio, ganando innumerables
premios en canción y baile, como uno en Radio Madrid cantando un fado,
con lo que obtuvo su primer contrato para la Compañía Infantil del
Teatro Español. Aun así, no dejó de estudiar y curtirse en diversas
facetas, base de su eclecticismo. Entró en la compañía de Enrique
Rambal, a la vez que trabajaba como vocalista de la orquesta de Tomás
Ríos, y fue contratada por la compañía de Lola Flores y Manolo Caracol
para formar pareja artística con Tony Leblanc. En los cincuenta, de gira
en Alemania con la compañía Los vieneses, decidió afincarse en Alemania
por un despecho amoroso con Leblanc.
De allí volvió en 1957 convencida por Luis Escobar, para que protagonizara varias revistas musicales como Te espero en el Eslava, y Ven y ven al Eslava.
Nati Mistral está considerada como la pionera de los grandes musicales
en España. Por ejemplo, protagonizó la primera versión en España, en
1966, de El hombre de La Mancha.
En el cine antes de irse había aparecido en Las inquietudes de Shanti- Andía (1947), La nao capitana (1947) o El tirano de Toledo (1952), y en dos grandes éxitos: María Fernanda, la Jerezana (1947) y Currito de la Cruz (1949), lo que la marcó como folclórica. A la vuelta, centrada en los escenarios, solo actuó en la gran pantalla en Mi calle (1960), de Edgar Neville, y en algunos otros papeles menores.
En los años sesenta, devino en presencia frecuente en las diversas revistas televisivas, donde interpretaba sus éxitos como Guitarra,
dímelo tú, Yo vi llorar a Dios, No soy de aquí Mimosa, Rosa de Madrid,
Monísima, El polichinela, Gracias a la vida, Sueño imposible y Balada para un loco.
Como actriz dramática protagonizó obras como, con la Compañía del Teatro Nacional, Antígona, Fuenteovejuna, Fortunata y Jacinta, Bodas de sangre y Divinas palabras.
Y llegaron sus triunfos y reconocimientos: Premio Nacional de Teatro en
1997; el Premio Mayte de Honor en, 2006; o Premio José Isbert de Teatro
de 2007, Nati Mistral sumó otras distinciones como el Lazo de Dama de
la Orden de Isabel la Católica en 1964 o la Medalla de Oro de las Bellas
Artes en 2007. Alejada de los escenarios españoles durante un tiempo,
reapareció en 1983 con la obra Isabel, reina de corazones. En 1992, participó junto a Juanita Reina y Rocío Jurado, en Azabache, espectáculo representado en el auditorio de la Expo de Sevilla. Y en 1998 presentó Simplemente Lorca.
Entre sus últimos trabajos teatrales destacan La malquerida, La Celestina, y ya en este siglo La Dorotea, Inés desabrochada y La gracia que no quiso darme el cielo, collage dramatizado de diversos poemas de Cervantes.
Nati Mistral también hizo larga carrera en Argentina y
México. En Buenos Aires fue empresaria de su propio teatro –el Avenida-
junto al actor Alberto Closas. Y allí logró un prestigio merecido por sus recitales poéticos.
Viuda del industrial barcelonés, Joaquín Vila Puig,
fallecido en 1995 y con el que se había casado en 1959, el matrimonio no
tuvo hijos.
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